Este mayor riesgo se aplica a los niños de todas las edades, apuntaron los investigadores. Para llevar a cabo el estudio, los investigadores dieron seguimiento a 1,111 niños sanos de escuelas de Indiana, cuya edad promedio era de diez años, durante un promedio de 4.5 años. Hallaron que cuando los niños llegaban al sobrepeso con un índice de masa corporal o IMC por encima del percentil 85, la cantidad de grasa subcutánea y en los órganos importantes circundantes, conocida como adiposidad, dañaba su salud.
El estudio publicado en la revista Hypertension, reveló que cuando los niños llegaban a la categoría de sobrepeso u obesidad, el efecto de la adiposidad sobre la presión arterial era cuatro veces mayor que en los niños de peso normal.
«Una presión arterial más alta en la niñez prepara el terreno para hipertensión en la adultez», apuntó en el comunicado de prensa de la American Heart Association el autor líder del estudio Wanzhu Tu, profesor de bioestadística de la Facultad de medicina de la Universidad de Indiana.
Los investigadores hallaron que 14 por ciento de las medidas de presión arterial de los niños con sobrepeso u obesos estaban a niveles de prehipertensión o hipertensión, en comparación con 5 por ciento en los niños de peso normal. También anotaron que los niveles sanguíneos de una hormona que se encuentra en el tejido graso, llamada leptina, y la tasa cardiaca tenían patrones similares a la presión arterial.
Los autores del estudio dedujeron que esta hormona podría tener que ver con la elevación en la presión arterial inducida por la obesidad, lo que podría resultar en una estimación deficiente o excesiva del efecto de la adiposidad en ciertos niños.
Fuente: HealthDay